Yo creía que solo nosotras éramos las que sufríamos y llorábamos de amor, las únicas que se entregaban a una relación, las únicas que soñaban con un cuento de hadas surgido de la nada.
Pero ahora, alguien está viviendo su cuento de hadas conmigo y debo ponerle fin. O eso creo.
Imagina el daño que le harás a esa persona, imagina si serías capaz de asumir el daño que le haces por un error que has tenido contigo misma al no saber que era lo que sentías. ¿Y que ocurre si encima le quieres,y no quieres que se vaya de tu vida? Sabes que lo hará, que se alejará dolido, y eres egoista al no dejarlo escapar. Porque no quieres sufrir, no quieres derramar una sola lágrima por él, aunque sea él el que derrame mil y una por ti.
Es una círculo vicioso, solo un conjunto de efectos encadenados, de sentimientos enfrentados que solo acabarán dañando a los dos. A mi, porque le quiero pero no de esa manera que me hice creer, y a él porque creerá lo que cualquiera pensaría en su situación. Que ha vivido engañado todo este tiempo.
Pero aquí sigo yo, escribiendo sobre algo que debería hacer y no hago por miedo a perder. Preguntándome cuál es la manera en que le quiero en vez de ser valiente y admitir que me confundí, que le dañé y le dañaré.
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