Decidme que no quereis hacer nada, que no os importa todo lo que ocurre a 14 km de nosotros si nos ponemos en Punta de Tarifa. Pero no me digais que no se puede hacer nada. Puede que ya no os impresione, pero una charla de esas me cambió la vida. No estoy dispuesta a dejarlos morir sin razón, a saber que mientras yo escribo esto hay miles de niños que mueren porque hay gente que está dispueta a dejarlos morir. Solo por ser humanos deberían ser como nosotros. Esos estúpidos gobiernos que solo piensan en si mismos, que les da igual que hay 14 mil niños muriendo en su país cada día porque se mueren por la sequía, por hambre o por guerras. Sé que esté mundo no es perfecto, peor ellos ya están viviendo el infierno. Solo nos tienen a nosotros para luchar por sus derechos, solo nosotros somos los que podemos salvarlos, y sois capaces de mirarme y decirme que eso ya no os impresiona, que no podeis hacer nada. ¿Nada? Nada es lo que yo haría si tu estuvieras ahí, te dejaría morir para que vieras la agonía y la tristeza que se pasa. El miedo a morir como toda tu familia o tus amigos por culpa de una epidemia que con los medios suficientes podría acabar.
No digais que no podeis hacer nada, eso solo lo decis para sentiros bien con vosotros mismos. La realidad es que no quereis hacer nada, que preferis ser vosotros el centro de vuestro propio mundo y quedaros sentados en el sofá de vuestra casa viendo en el telediario como mueren.
Hallá vosotros.
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