viernes, 28 de septiembre de 2012

A veces creo que piensas que eres la única actriz de este mundo. Que eres la única que finje a los demás para hacerles creer que estás bien. ¿Cómo me ves ahora? Me ves feliz ¿verdad? Pues me siento mal. De echo comprenderías todo esto si hubieras recibido esa carta que te escribí hace una semana, pero que no entregué por miedo a admitir lo que ponía, por miedo a admitir lo que sentía. El odio que me tenía y me tengo. Porque mi vida parece ser tan imperfecta que nada en ella funciona.
Yo no puedo soportarme, me siento como una mierda ¿sabes lo que es eso? ¿sabes lo que es empezar a perder peso porque piensas que asi estarás mejor y darte cuenta de que sigues siendo igual? ¿sabes lo que es sentirte desdichada, pensar que cuando alguien te mira lo hace para sacarte defectos? Y me lo callo. Y me callo que mi padre está mal y yo fatal porque sé que está depresivo, que no es feliz. ¿Sabes la sensación de no hacer feliz a la persona que más te importa? No creo que lo sepas.
Yo también sufro por amor. Me convenzo a mi misma de cosas que no son ciertas para convenceros a los demás, porque ya lo he pasado mal con los chicos y no quiero repetirlo, y porqe sé que esa vez también vosotros lo pasasteis mal.
Mi familia debería ir al psiquiatra, porque no están bien, pero yo no digo nada, y solo lloro por las noches en silencio, y yo sola me trago los llantos de mi madre en la cama. Llantos que me despiertan y no me dejan conciliar el sueño. Pero aquí estoy. Me quejo a veces, pero no es la locura, no intento hacer de ello un drama. Y escucho las constantes quejas de mi padre, y todos sus problemas que al instante se convierten en mis problemas.
Y ahora te diré que me has hehco mucho daño, que me has hecho más daño del que creí que me volvería a hacer una amiga. Has borrado esa carta de tu blog, pero no de mi corazón. Y no creo que pueda borrarla. No digo que no deberías haberte quejado, sino que aun hoy sigo pensando en todo lo que decia esa carta que tanto me infravaloraba. Desde entonces pienso que no tengo valor alguno, que soy una copia de todos, que no hay nada mio, que todo es cogido de alguien. Que yo no soy nadie. Ahora por favor, piensa en lo que sentirías si yo fueras tú. ¿Me comprendes ahora cuando digo que me odio?¿Cuando digo que lloro muchas noches porque me siento como una mierda? Pues empieza a entenderlo. Ese fue el detonante.
Todas las cosas malas que me han pasado con vosotras las he contado a mi padre. Excepto esa. Quería protegerte, evitar que él pensara mal de ti por el daño que me habias hecho, y cuando él me vio llorar le dije que nunca le hablaría de eso. Y nunca lo he hecho. Pero tu nunca me has pedido perdón, y yo en cambio si te he perdonado. A ti y a los que participaron en la carta de forma indirecta. Y no he vuelto a nombrar el tema hasta hoy.
Porque al leer esa entrada, en la que decias que estabas mal y aun asi ibas a aparentar que estabas bien, he sentido la necesidad de decirte esto. Cuenta la verdad. Porque yo no lo hago, yo llevo mucho tiempo sin decirla, y ahora estoy asi. No quiero que tampoco tu te puedas mirar al espejo. Y te parecerá un idiotez que eso te pasa por un chico. Pero todo se acumula, y al final explotas.
No quiero que nos volvamos a pelear por esa carta. Supongo que tu intención no fue hacerme daño. Además yo ya te he perdonado. Pero te perdoné porque sabía que si continuaba la pelea te perdería, y no quiero eso. Te quiero demasiado. Pero no puedo fingir, que desde entonces me pregunto si yo te importo de verdad. Si os importo a alguno de verdad. Sé que muchos no os sentis queridos quizá. Pero sois mi via de escape, mi mundo perfecto más allá de los problemas de mi casa.
Por eso si me preguntas te diré que estoy bien, porque me engaño a mi misma, porque es la única manera de fingir que de verdad soy feliz.

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