Vuelve a mí por favor. Vuelve a llevarme allí, déjame ser fuerte de nuevo, déjame ser feliz. Llevo encerrada en ese recuerdo demasiado, asi que déjame repetirlo. Déjame sentirme querida, deseada por todos. Deja que la gente me sonría de esa forma tan peculiaridad, con admiración. Devuélveme allí, porque no quiero esta realidad.
Quiero volver a escuchar esas palabras, a golpear ese balón rodeada de gente desconocida y a la vez cercana, que con solo haber hablado, ya te buscaban todos los días. Quiero volver a recibir esas flores, y no solo ver lo que queda en ellas en un foto. Quiero sentirme poderosa. Y allí podía. Allí sentía que nadie iba a poder jamás conmigo, que nadie me destruiría si seguía así. Pero aquí no puedo seguir así.
Permite que todo vuelva a surgir. Que todas las fotos cobren vida, que todas las risas, vuelvan a ser escuchadas. Déjame de nuevo ver esos ojos, y esa sonrisa que me perseguía. Déjame recibir ese diploma de nuevo con vítores de alegría. Déjame esos abrazos, para algo más que un álbum de fotos.
Déjame bailar como lo hacía, con gente coreando, con gente mirando. No sé que ocurrió, no sé que me pasó, pero allí, fui realmente yo. Y fui admirada, cortejada, deseada. Bailé, recibí flores de gente de todos los países, sonrisas y besos de gente que solo decía que me quería. Por primera vez, hubo una piña a mi alrededor que de verdad me quería dentro. Sin criticar, sin herir.
Y quiero volver allí. Porque si perfección tiene una definición, para mí es esa.
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